miércoles, 11 de octubre de 2017

Inmortalidad

Solo tengo veintidós años
y siento tantas piedras,
Tantos pies tropezando,
Tanto asfalto por golpear.
Que me siento cansada
Y los párpados pesan
Y las pupilas flotan.
Mis neuronas inquietas
acarician la fragilidad
que mi carne fermenta.
Y mis labios prueban
Que la existencia sabe
A algo más que palabras.
Me sobran dedos al contar
las veces que he amado
Y mis manos no pueden
con el peso de tanta ausencia.

Soy cada día este universo
en constante expansión:
Lleno de lunas y estrellas,
pero nada que lo logre llenar.

Soy el polvo que dejo al pasar,
Los cabellos en mi almohada,
El calor que pierde la cama.
Soy el vaho en el vidrio,
Una lágrima expuesta al sol,
Todo vacío que se tenga que ocupar.

Soy todo aquello que está y se desvanece.

Solo tengo veintidós años
y siento que he vivido siete siglos:
Ya me agobia el peso de la inmortalidad.

sábado, 15 de abril de 2017

Lo hice.

Lo pensé, en verdad lo hice.
Pensé que no me afectaba y que todo estaba bien, lo hice.
Hice ejercicios mentales de meditación, lo hice. 
Busqué ayuda en mis amigos, lo hice.

Entonces por qué. 
¿Por qué siento tanta soledad? 
¿Por qué si tengo tantas buenas personas a mi lado, me siento así?

Busqué una distracción, lo hice.
Leí libros de auto-ayuda, lo hice.

¿Por qué me causa tanta pereza cambiar lo que sé que me está afectando?
Me hice la que no sabía nada, eso también... Lo hice. 
La que no sentía, la que estaba bien, la que tiene el mundo a sus pies.

¿De qué me sirve tanta gente?    
Calidad antes de cantidad, yo tengo ambas, y de alguna forma no tengo a nadie.

Y la vida es tan injusta que no me deja llorar, no me deja desahogarme, no me deja.
Y mi corazón es tan insensible que no puede amar.
Y tú, amor de mi vida, no eres el amor que yo quería para mi.

Me conformé con lo poco y olvidé que podía haber algo mejor, lo hice.    

jueves, 6 de abril de 2017

Mis no-sentimientos.

Recuerdo la primera vez que creí estar enamorada, cuando pensé tener el mundo en mis manos y cómo se sentía estar en la cima. Recuerdo cómo le pasé por encima a las dudas, resentimientos y a las ataduras.
¿Cómo era no preocuparse por nada? Cómo no pude darme cuenta que ya no recordaba ser infeliz o feliz, y el problema más grande de eso es no diferenciar cuando estás feliz o acostumbrado. Para que haya blanco debe haber negro, para ser feliz se debió primero haber sido desdichado, para conocer la cima se debió estar abajo. 

Sentimientos, son buenos o malos, falsos o verdaderos, blancos o negros, y en muchas ocasiones gris, pero... ¿Cómo se le llama a no sentir nada? ¿Qué pasa con nosotros los que no sentimos? Los que perseguimos sin descanso los atardeceres más románticos esperando al menos que eso nos erice la piel, los que nos pasamos comiendo Mariposas queriendo creer en ellas como símbolo de nervios y no solo en un animal más. ¿Dónde está el poema del que no siente nada? ¿Quién escribe sobre las guerras no sucedidas? O a las nubes grises que jamás llovieron. El frío es mera ausencia de calor, nadie escribe sobre eso, nadie le da nombre al no sentir, por eso yo misma lo he hecho. Por eso he llamado a mis no-sentimientos, los he llamado así porque al sonar las canciones de Buena fe no me pasa por la mente ninguna persona, los llamo así porque cuando leo los poemas de Luis Ramiro no siento los Campos de Fresa en mi interior, llamo a estos no-sentimientos cuando al ver dos parejas enamoradas no deseo poseer lo que ellos poseen, a sí mismos, uno al otro, más bien me benévolo de mi independencia. Claro, estas ausencias de sentimientos son rellanas con otros no-sentimientos, como el anhelo que es la ausencia de ti mismo, la costumbre que es la ausencia de emociones, el aferro que es el exceso de confort, y muchos otros. Cuando la gente está enamorada experimentan diferentes patrones, como los sentimientos... Enamorarse puede hacerte sentir bien o mal, falso o verdadero, blanco, gris o negro... Pero te hace sentir, los no-sentimientos, el no-enamoramiento es ese Tinnitus constante en la cabeza, es el ver el corazón como un músculo que bombea sangre y a las personas como un bulto en el mundo y nada más.

El no-sentir es ir sin importar si te dejas atrás a ti mismo.

sábado, 7 de mayo de 2016

Mis clichés.

Esa punzada en la cabeza.
Ese malestar.
Ésta molestia.
Esa sensación.

Sexto sentido avisando que algo no está bien, por mucho que lo trates de ocultar, por mucho que le des vueltas, por mucho que lo justifiques, esa punzada en la cabeza no perdona, ese malestar no es insignificante, esa molestia trata de decirte algo, y sobre todas las cosas, esa sensación lo es todo, esa combinación de cosas que son el aviso, el principio del fin, el fin... ¿De qué? ¿De la confianza propia? ¿De mi paciencia? Eso solo lo llegaré a saber en el momento, en el punto de quiebre ¿Cuánto podré soportar sin ganarme un poco de ti? Mis esfuerzos, mi tolerancia, mi dignidad, mi orgullo, mis clichés.

¿Sientes que no encajas?
Vete.
¿Sientes que no es para ti?
Entonces que no lo sea.
Pero... ¿Ysi es lo que quiero? 
Quiérete a ti primero.

martes, 16 de febrero de 2016

Random.

No sé cómo terminé en ésta situación.
No recuerdo cómo llegué incluso a estar así.

Recuerdo que me sentí una el mundo.
Pero aún más recuerdo haber sido una en su mundo.

¿Cuántas veces se puede querer a alguien?
¿A qué proporción de mentiras estoy dispuesta a huir?
¿Quién dice que no quiero quedarme?

No recuerdo en qué momento me comenzó a gustar.
Pero sí recuerdo en qué momento lo comencé a querer.

¿Qué papel juego?
¿Qué espacio ocupo?
¿Te soy necesaria?

Me invade tu postura, me aleja todo lo demás.
¿A qué punto los problemas se vuelven inevitables?
¿En qué punto el dolor me hace reaccionar?

Al decir lo que siento en voz alta concluyo en tres palabras:
Perdí la razón.

viernes, 9 de agosto de 2013

Estar por fuera.

La manera simultanea que ocurren los días, no se detienen, la vida no espera a que estés libre, el amor simplemente no espera nada. Vas con la atadura de la que no te das cuenta, caminas en círculos y sientes que han sido kilómetros, luego alzas por fin la vista y ves el mismo paisaje, las mismas personas alejándose, los niños de pronto crecieron. Luego decides caminar en línea recta y alzas la vista, ves a alguien, sólo a una persona, y te detienes, de pronto el aire se torna cálido, el ambiente frío y no percibes ningún olor. Estás neutro, perdido. De pronto recuerdas la persona que viste, y vuelves a levantar la vista, está ahí, sigue allí. Te tranquiliza saberlo, te acercas, ella se acerca. Se toman de las manos, se besan, se aman con locura, te parecieron segundos, revisas el almanaque y ha pasado mucho tiempo, de pronto esa persona se pone a tu lado y da tres pasos laterales. Todos los días despiertas y miras hacia ese lado, la quieres besar pero sin razón no puedes acercarte demasiado. Cada paso esa persona se aleja los mismos tres pasos que dio en un principio y decides seguir caminando. En eso te tropiezas a muchas personas, algunas se quedan y te siguen y otras solo se quedan atrás, lo extrañas. Tienes a todos, y lo extrañas. Volteas, giras, caminas sin medir nada, y lo encuentras, en el mismo lugar, a pesar que lo dejaste una vez, piensas, piensas, pien... Neutro, de nuevo te atrapa, luego lo invitas a caminar y te sigue, de pronto te deja, sólo se va. Luego te das cuenta cómo  ocurre cada día, como transcurren si detenerse, cómo el amor no sabe esperar pero si que lo esperen, como la vida no te deja ser libre, entonces levantas la vista y percibes el mismo paisaje,  de nuevo en círculos.

viernes, 26 de abril de 2013

Enamorarse de nuevo.



   Cada vez son más y más las ganas de verte, de que tú seas ese que no me abandona, ese que borra de mi mundo la incertidumbre de si confiar o no en quien se ama. Fatigas mi respiración, actúo de forma precipitada  tonta, vulnerable, me evaporo en cualquier cosa que te haga reír. Mis días se han convertido en un duro esfuerzo de observarte desde lejos palpándote, de abrazo en abrazo, de espera en espera, y sé que significo una inmensa amistad hacia a ti, y el gusto que siento hacía a ti me sabe a traición. En el momento que lo sepas tu reacción será correr hacía mi, pero no en la dirección que quiero, que necesito. Si no en esa forma de ser tan tuya, tan pura, tan "No me sueltes", que me tiene tan atada en libertad, tan premeditada, simplemente causas en mi un bien estar del cual podría alardear todo el día. Sin parar.

Haría todo lo que fuese necesario para conservarte a mi lado, incluso llegarte a querer en silencio y conformarme con lo dulce de tu personalidad, con ese don que tienes de hacer que todos quieran estar contigo, el cual no miento causa celos en mi, pero a la vez no te cambiaría ni una sola cosa de lo que he conocido en ti. Quizás sólo tu estado sentimental, de normal a feliz. Tu tolerancia, tu compasión, quisiera entender cada uno de tus dolores, convertirlos en valor y hacerte plenamente feliz. Suena tan fantasioso porque lo es, es todo mentira, yo te hago feliz, de lejos, te observo... Atentamente. 

Son tantas las formas en que te apareces, en forma de lluvia nostálgica, en forma de sol, en forma de abrigo, en forma de amigo que no te falla, en forma de mentira descubierta, en un sin fin; últimamente, y de forma desafortunada, te veo en forma de todo lo que quiero a mi lado, es difícil creer que en el poco tiempo que ha pasado te haz vuelto un pensamiento inevitable, mi yo interior grita de emoción cada vez que te ve y lo oculto tras una sonrisa., casi parece que fueses el único en poder causarla. No, el único en provocar esa sonrisa a convertirse en un beso, que sé que nunca sucederá, o que al menos tú no quieres que así sea, y de nuevo ya no lo sé.